Marco2010: Dejando atrás el siglo XX

Proyectos, cambios, derecha, izquierda, alternancia son algunos de los términos que hemos escuchado en los últimos años. Más bien, desde la candidatura de Lavín, cuando por primera vez La Concertación vio con temor, la posibilidad latente de perder el poder. 

Años han pasado, muchas cosas han sucedido y La Concertación enfrenta, hoy más que nunca, la real posibilidad de perder el gobierno y cederlo en las manos de Piñera, el representante de la Alianza. En otras palabras, una lucha constante entre lo que durante años se llamó la derecha y la izquierda. 

Recientemente políticos, analistas y periodistas observan sorprendidos la aparición de Marco Enriquez-Ominami como un presidenciable con gran poder, capacidad discursiva y de arrastre. De hecho, luego de pasar un par de semanas riéndose de la alocada idea de ser Presidente de este «cabro chico» de la política, luego de mofarse a carcajadas de su obstinación, de creer que todo era una mofa, de creer que lo hacía para obtener más poder, ahora están espantados con el 10 o más porciento que ha obtenido en las encuestas. 

Todos se preguntan ¿Por qué? ¿Pero cómo? y la respuesta a mi parecer es bastante simple. No tiene que ver con las personalidades o capacidades de Piñera o Frei. Ni tampoco tiene que ver con que Marco sea simpático y tenga carisma, que por cierto los tiene. Que jóvenes y adultos estén creyendo en Enriquez-Ominami, tiene que ver con que parte del pueblo chileno se aburrió de escuchar las diferencias entre la derecha y la izquierda, se aburrió de que la política chilena siga pensando con el Muro de Berlín entre las cejas. No en vano la izquierda extraparlamentaria obtiene tan bajos niveles de adhesión, puesto que su discurso sigue basándose en esta lógica.

Ya no nos importan, en sí mismas, las lógicas del libre mercado o del socialismo o del comunismo o del anarquismo. Lo que nos interesa es saber cuáles de las estrategias de estas teorías económicas, sociales y políticas, son las que responderán mejor a determinadas situaciones. Si tiene que haber participación del gobierno en determinados mercados, si tienen qué ser determinados sectores solo estatales o el libre mercado y la privatización en algunos son sin duda la mejor opción, lo que nos interesa es cómo, como sociedad, somos capaces de determinar aquellas necesidades y en qué medida nuestros líderes son capaces de guiar esos procesos.

Marco Enriquez-Ominami representa ese cambio de lógica, el es socialista, pero véanlo salirse de los parámetros partidistas de derecha e izquierda, y pese a utilizar en algunas ocasiones ese discurso bipolar de la política chilena, constantemente responde a las interrogantes con una perspectiva basada en la efectividad de los procesos y de las medidas.

Esta nueva forma de ver la política chilena, esta capacidad de recoger las temáticas que realmente nos interesa discutir, esta capacidad de pensar divergentemente y poder salir de su paradigma de lectura de la sociedad para abordar otros esquemas que puedan ser útiles o comprender diferentes miradas, en otras palabras, esta nueva política creativa e innovadora, han llevado a Marco Enriquez-Ominami a ser uno de los líderes representativos de Chile.

Creo que Marco ha logrado que algunos jóvenes evaluemos la posibilidad de inscribirnos en los registros electorales y ha convencido a muchos otros. Si no se vende a La Concertación, si logra presentarse, competir y luego no «donar» sus votos a La Concertación en segunda vuelta, tal vez no tengamos un Marco2010, pero sí un Marco2014

Acerca de dsanhueza

Emprendedor, titulado de Periodismo y Comunicación Social en la Universidad de Chile, apasionado por la innovación, el amor, la vida, la lectura y los videojuegos...
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